2009-06-03

Tan solo un segundo

Tu cuerpo está tendido. Estiras y acomodas todo tu agotamiento a mi lado. Me miras mientras poco a poco, lentamente, tus ojos dejan de ver, la mirada se torna borrosa y en un solo segundo tus párpados se cierran. Busco tu pelo, sedoso y brillante. Su textura es suave. Las yemas de mis dedos se vuelven hipersensibles, es como si resbalasen a través de él. Mientras tanto mis caricias te susurran que te duermas. Abres los ojos, hablas de dormirte en sueños, dices que no puedes dormirte. Tus párpados te vencen. Mis dedos traviesos buscan tu rostro, tu cara. A medida que las caricias hacen efecto, el sueño te reclama, te arrastra. Llegan los típicos espasmos. El sueño no puede ser más profundo. Te ofrezco mi mano, mi brazo, mi fuerza, mi apoyo. Envuelves tus brazos en torno al mío, lo acaricias, te aferras a él con fuerza, acuestas tu cabeza sobre mi hombro. Me das tanta paz. Me siento imbuido en líquido amniótico. Como el niño que se niega a salir del vientre de la madre. Siento que no he nacido. Siento que la vida está por llegar, que todo lo bueno está por llegar. Siento que no he sentido esto nunca. Siento la calma y la tranquilidad absoluta. Te siento, te noto... Estás a mi lado. Siento que estoy vivo.... mientras me duermo, mientras la conciencia desaparece, mientras sincronizamos nuestros sueños... Al rato nos despierta nuestro sueño, nos levanta nuestro cansancio. No puede ser. Una vez más. Besos, abrazo, cariño, amor, todo en cuestión de segundos que parecen horas... Asoma la desesperación a tu rostro, el dolor,... no llores mi niña. Te pido perdón por querer estar contigo mientras te abrazo. Te pido perdón por quererte sin decírtelo. Otra despedida más. La calle parece un infierno, calor, gritos, gente, mucha gente menos tu. Es insoportable. La calma ha desaparecido cuando llego a casa... enciendo un cigarro y pienso en ti... mientras dejo que lentamente pase el tiempo. El tiempo para decirle a mi cuerpo basta. Descansa. Recuerdo ese instante. Pienso que durante un segundo me he sentido vivo, pienso que durante ese segundo no he sentido nada. Solo a ti, pura y plena. Solo a ti cansada y adormilada. Solo a ti aferrándose a mi, mientras te arrastra la corriente, el sueño. Durante un segundo me he sentido tu tabla de salvación. Durante un segundo he sentido que no pasaba el tiempo. Que pasaba todo el tiempo... y lentamente me duermo, mientras la alegría me invade. Ha sido tan solo un segundo, pero ha valido la pena.

0 comentarios: